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Por Los Polvorientos Senderos Solitarios Y Otras Historias
Foraine Amukoyo Gift


Acababa de decirle a mi esposo que nunca me había llevado al escenario, me sacudiría con más ganas de él, temblaría por sus suaves golpes y lentos empujones, para hacerme gritar su nombre en éxtasis. Rápidamente se bajó de mis muslos extendidos y me acusó de ser infiel. ”¿Quién es el hombre con el que has estado durmiendo?” Me ladró y me arrastró por el pelo de la cama a la sala de estar. Exigió que jurara por la Santa Biblia en la mesa central que ningún hombre había estado trabajando junto a él.

Por los polvorientos senderos solitarios y otras historias es una colecciГіn de quince historias cortas llenas de intrigantes choques sociales modernos. Este argumento y las historias impulsadas por los personajes retratan elementos intransigentes que giran en torno a la sociedad y a las individualidades humanas. Es una secuencia bulliciosa de temas universales que siguen a las luchas humanas, la aceptaciГіn de los valores y la renovaciГіn de las normas. Los temas fluyen en pedacitos de amor, ira, frustraciГіn, cultura, arrogancia, crimen, denigraciГіn humana, discriminaciГіn de gГ©nero, esperanza, supervivencia, auto-descubrimiento y crisis de identidad, emancipaciГіn polГ­tica y mГЎs. El alivio cГіmico no se pierde en esta ininterrumpida colecciГіn pensativa, sino que se nutre de brotes de humor.







Gift Foraine Amukoyo

POR LOS POLVORIENTOS SENDEROS SOLITARIOS Y OTRAS HISTORIAS


POR LOS POLVORIENTOS SENDEROS SOLITARIOS Y OTRAS HISTORIAS


POR LOS POLOVRIENTOS SENDEROS SOLITARIOS

Y

OTRAS HISTORIAS



Relatos Cortos



Gift Foraine Amukoyo



Translator: Arturo Juan RodrГ­guez Sevilla (https://www.traduzionelibri.it/profilo_pubblico.asp?GUID=afb3f027ece66bcd645a44469c7b1b6d&caller=traduzioni)



Publicada por



TERTIME






В© Gift Foraine Amukoyo

First Published in 2019



All Rights Reserved

First Printing, December 2019


Esto es para que la gente que va a travГ©s de caminos ГЎsperos y uniformes para lograr hazaГ±as exitosas en la vida. Todo lo que es digno de elogio es el resultado de los esfuerzos de resistencia.

Para mi abuelo,

Willie Awerije


Agradecimientos



Debo agradecer a las personas que me inspiraron a escribir estas secuencias de cuentos. Si no es por ellos, esta copia encuadernada serГЎ un esqueleto de la idea de un escritor. Eme Awerije, Augustina Usman Amukoyo, Egwolo Edith Amukoyo, Adeniyi O. J. Adewole (Arc), y mis queridos padres, el Sr. y la Sra. Amukoyo. Sus extraordinarios cuentos populares hacen que mi tinta fluya implacablemente. Gracias a todos.


ГЌNDICE



El oro del sueГ±o (#u62f3f717-7419-59fb-b71f-85aebd939c43)

Por los polvorientos senderos solitarios (#ulink_6aa7aa86-aca8-5c0a-8fe8-971a1b39cab4)

La era ciega de los sabios (#ulink_3a311b87-ed5e-53a6-a139-e1023e3a01f6)

Ecos de Eco AtlГЎntico (#ulink_6fa768ec-b9eb-50c2-ab14-ab973c7458f4)

El corazГіn ardiente de una naciГіn (#u62f3f717-7419-59fb-b71f-85aebd939c43)

Pozo de riqueza (#u62f3f717-7419-59fb-b71f-85aebd939c43)

EntiГ©rrame en casa (#ulink_433ef529-4e82-5155-90ae-ac05352929e8)

Omotogbe (#ulink_433ef529-4e82-5155-90ae-ac05352929e8)

Placer de vagabundeo (#ulink_d80455af-0ad1-5ab9-8b6b-b5a5fb22538d)

El granjero tonto (#ulink_798a6f3b-b11c-539d-840b-47d79ff43b96)

Curiosidad al amanecer (#ulink_7d245f4c-3998-5cc5-a8e7-8f27dbd1824a)

Pacto Peligroso (#ulink_7d245f4c-3998-5cc5-a8e7-8f27dbd1824a)

Herencia de viuda (#ulink_7d245f4c-3998-5cc5-a8e7-8f27dbd1824a)

Esperanza (#ulink_24e77e50-b1be-50ec-8884-a546bbdd3d63)

La castidad (#ulink_24e77e50-b1be-50ec-8884-a546bbdd3d63)


Uno

El oro del sueГ±o



Azuka y su novio, JosГ©, tuvieron sus primeras gemelas. Un nacimiento, que su familia habГ­a aceptado, fue un error y la dejГі quedarse en la casa de la familia. No la perdonaron cuando tuvo otro par de gemelos. Ella cohabitГі con un desocupado perpetuo que empapГі su destino en juegos de loterГ­a. Era un amante que no hacГ­a ningГєn esfuerzo por ofrecer una botella de Schnapps, un rito de presentaciГіn formal a la familia.

Cuando la mayorГ­a de las niГ±as alcanzaron la pubertad, comenzaron a construir su castillo. Imaginaban una fortaleza dominante adornada con magnГ­ficos muebles. Se veГ­an a sГ­ mismas como princesas, esperando el dГ­a en que llegarГ­a su prГ­ncipe azul. Esas niГ±as construyeron su palacio en el aire, donde los peligros humanos no podГ­an frustrarlo fГЎcilmente.

Ese era el sueГ±o de la mayorГ­a de las mujeres, pero es indiscutible que el destino puede tener un sino desfavorable. Pueden ocurrir eventos desafortunados que obliguen a aceptar las circunstancias de aplastamiento y la asimilaciГіn de valores corrosivos.

La mujer desamparada se sentГі en el suelo mientras alucinaba con las fantasГ­as de su infancia. Las lГЎgrimas se agrupaban alrededor de los ojos de Azuka mientras miraba a sus hijos dormir. Eran las 2:44 de la tarde y aГєn no se habГ­an despertado de anoche. En un pensamiento profundo, su conciencia luchГі consigo misma sobre cГіmo los habГ­a inducido a dormir con un poderoso brebaje de hierbas. Ella tenГ­a que hacerlo o de lo contrario habrГ­a estado sufriendo desde la maГ±ana, y ellos, inquietos e infelices. Era la Гєnica manera de evitar que sus hijos se despertaran con el hambre y los conflictos, ya que se habГ­an convertido en una rutina diaria durante algunos aГ±os.

Sollozaba en su sucio envoltorio, manchado de negrura, como resultado del escaso trabajo que habГ­a hecho de atar carbГіn para los clientes. DejГі de soplar el catarro que le tapaba la nariz, y saliГі una espesa mucosidad negra. Sus ojos se habГ­an hundido profundamente en sus cuencas. Sus mejillas afiladas como huesos tallados. Su cuello corrugado con la consistencia ruda de la soga de un verdugo.

Los niГ±os podГ­an despertarse y llorar por comida. EstarГ­an mГЎs hambrientos si se hubieran saltado el desayuno y el almuerzo. La mirada en sus hambrientos rostros desgarraba el corazГіn de Azuka, como lo hacГ­a cada dos dГ­as. No sabГ­a a quГ© puerta llamar.

—"Mis vecinos ahora me consideran un parásito. ¿Dónde buscaré un trabajo mejor pagado o pediré ayuda?

El Гєltimo salario que habГ­a recibido de su trabajo de limpiadora, JosГ© se fugГі con el dinero. Su corazГіn sufrГ­a irremediablemente porque el dueГ±o de la propiedad habГ­a exigido el alquiler, que debГ­a pagarse hacГ­a seis meses. Le habГ­a advertido que la estrangularГ­a o la obligarГ­a a unirse a Г©l en su negocio de empaquetar desechos fecales hasta que ella pagara hasta el Гєltimo centavo.

Los padres de Azuka la dejaron al destino. Rompieron los lazos con ella y los niГ±os. No se atrevГ­a a pedirles ayuda. El recuerdo de ese capГ­tulo de su vida la agotГі. Completando la magnitud de sus problemas y la incertidumbre que se burlaba de ella al permanecer despierta, se quedГі dormida.



* * * * * *



La habitaciГіn estaba a oscuras. Algo sacudiГі a Azuka de su turbulenta siesta. Se puso en pie tambaleГЎndose y cayГі al suelo frГ­o. UsГі sus manos para buscar a ciegas su telГ©fono. Sus manos lo cogieron bajo el viejo estante vacГ­o de madera del televisor. Ella agarrГі el telГ©fono con linterna Nokia. El telГ©fono se mantuvo unido con bandas elГЎsticas para evitar que se desmontara. Ella lo encendiГі, su luz iluminГі dГ©bilmente la pequeГ±a habitaciГіn. Azuka mirГі nerviosamente el reloj de la pared. Se quedГі encorvada de pie. La hora permaneciГі exactamente a las 2:44 PM.

—"¿Ya es de día?" Revisó su teléfono para saber la hora exacta. Eran más de las once de la noche. Volvió a mirar el reloj de pared y concluyó que se había detenido. Azuka pensó que por la mañana le preguntaría a su vecino de al lado si le sobraban dos baterías pequeñas.

Un mosquito le sacudiГі las orejas. "Oh, estos demonios chupadores de sangre deben haber extraГ­do la poca sangre de los cuerpos de mis hijos. Me duelen las palmas de las manos por aplaudir hasta morir. TambiГ©n le pedirГ© a mi vecino insecticidas". De repente, Azuka dejГі caer el telГ©fono mientras su mente corrГ­a hacia el paradero de sus hijos.

—"Taiwo, Kehinde, Martha, Michael..." Corrió hacia la puerta, su único envoltorio se deshizo. Le desnudó las nalgas planas que una vez chapoteaban en caderas curvilíneas. Su mano se congeló en el pomo de la puerta. Nadie lo había tocado. La única llave estaba en su agujero.

CorriГі hasta la esquina de la habitaciГіn que albergaba la colchoneta. Sus manos cayeron sobre sus rodillas dobladas mientras les llamaba frenГ©ticamente. Las manos de Azuka los golpearon como si corrieran sobre el teclado de un piano para encender la mГєsica, pero cada figura estaba inmГіvil. No hicieron ningГєn ruido mientras ella se arrastraba sobre sus silenciosos cuerpos.

—"Taiye, despierta, Michael, mamá te llama, Martha, llama a tus hermanos. Prepararé la comida. Buscaremos algo para comer. Te lo prometo. Mis bebés, por favor, despiértense para mami. "¡Despertad!" No hubo palabras ni movimientos de los niños.

El grito que emitiГі cuando sintiГі el pulso frГ­o de sus hijos despertГі al vecindario. Los vecinos se reunieron. Nadie se acercГі para consolar a la afligida madre que se desparramaba sobre sus hijos fallecidos.

—"Al menos ahora solo tiene que alimentar su boca", dijo una mujer.

Otro respondiГі: "SГ­, solo su estГіmago para alimentarla ahora. Que Dios la consuele, y que su familia la acepte de vuelta, ahora que los niГ±os se han ido".

MГЎs vecinos parecГ­an dar el pГ©same a Azuka. Ella tuvo hipo y cantГі una canciГіn con tristeza.



* * * * * *

Un aГ±o despuГ©s, Azuka podГ­a comer cualquier tipo de comida que quisiera. Ella consumГ­a una variedad de comida en la que ponГ­a sus dedos con comezГіn. Las comidas para ricos y pobres estaban a su disposiciГіn. En el cubo de la basura de cualquier restaurante local o exclusivo, se complaciГі con su apetito. Azuka tambiГ©n entregГі grandes porciones a los niГ±os atados su cintura. Las muГ±ecas de goma sin vida colgaban frente a las espesas cuevas de su feminidad.

En una noche sin estrellas, tres hombres treparon silenciosamente sobre un pavimento que albergaba varias tiendas improvisadas, una de las cuales servГ­a de morada a Azuka. Los hombres se llevaron a Azuka a una fГЎbrica de bebГ©s disfrazada de maternidad.

Estas inclinaciones fueron desafГ­os precipitados por el estigma social en torno a la infertilidad y el pecado de los embarazos adolescentes no deseados. Algunas parejas buscaban un acuerdo de maternidad subrogada cuando el embarazo era mГ©dicamente imposible, o una pareja homosexual deseaba tener un hijo, mientras que algunas familias adineradas preferГ­an mГ©todos clandestinos mГЎs baratos como sustituto de la maternidad subrogada y la fecundaciГіn in vitro. Por lo tanto, optaron por la adopciГіn a travГ©s de servicios sociales y mГ©dicos dudosos.

Las fГЎbricas de bebГ©s habГ­an ganado terreno como un gran negocio para algunos nigerianos de mentalidad frГ­vola. Algunas de estas fГЎbricas de bebГ©s parecГ­an hogares para huГ©rfanos. Otros se inscribieron como iglesias y casas de caridad, pero funcionaban en secreto como talleres de explotaciГіn de bebГ©s donde las mujeres jГіvenes estaban fuertemente armadas para dar a luz a crГ­os para la venta.

Entregaron los niГ±os en adopciГіn a familias, a traficantes que entrenaron a las niГ±as para que se convirtieran en prostitutas, mientras que otros trabajaban en plantaciones, minas, fГЎbricas y como empleados domГ©sticos. Estos niГ±os crecieron como esclavos torturados.

Las mujeres con embarazos no deseados, atrapadas entre la coacciГіn econГіmica, el estigma y la pobreza, solГ­an ser peones en este juego. Las principales vГ­ctimas suelen ser mujeres jГіvenes solteras de hogares de bajos ingresos que temen la estigmatizaciГіn social. En el curso de la bГєsqueda de clГ­nicas de aborto, algunas de estas jГіvenes encontraron su camino a la fГЎbrica de bebГ©s, mientras que algunos presos de la fГЎbrica fueron vГ­ctimas de secuestro.



* * * * * *

Mientras Azuka recuperaba el control de su cordura. Se enterГі por sus compaГ±eras vГ­ctimas de que la direcciГіn la habГ­a preparado para que diera a luz a un grupo de bebГ©s que se utilizaban en rituales ocultos. En el dormitorio donde esperaba al donante de esperma, Azuka vio a su amante distanciado y padre de sus Гєltimos hijos.

JosГ© se sorprendiГі al principio y luego se sintiГі avergonzado cuando leyГі en sus ojos licuados todas las desilusiones y aГ±os de confusiГіn, que habГ­a hecho pasar a Azuka. DudГі.

Una mujer alcaide gritГі: "Oye, JosГ©, date prisa, penetra en ella muy rГЎpido, todavГ­a consigues que otros te golpeen". No pierdas el tiempo con esa loca".

JosГ© flexionГі los hombros y se quitГі los pantalones. Azuka estaba inmГіvil mientras entraba y salГ­a con un golpe calculado de veinticinco. CumpliГі su propГіsito y se fue.

JosГ© se reuniГі con la alta gerencia. InsistiГі en que de ahora en adelante sГіlo se aparearГ­a con la mujer curada de la locura. Debido a que la agencia no estaba lista para perder un fertilizante tan valioso, les dieron a JosГ© y Azuka una suite para vivir. Ellos dieron a luz a hijos e hijas vendidos para cualquier propГіsito que la gerencia decidiera.




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